This is a Spanish translation of a story that appeared earlier on ajc.com, headlined “‘This has been happening for a long time’: Modern-day slavery uncovered in South Georgia.” In response to reader interest, AJC reporter Lautaro Grinspan provided the translation.

Una operación de tráfico de personas sometió por años a trabajadores migrantes a condiciones de “esclavitud moderna” en granjas del sur de Georgia, según una imputación federal revelada a fines de noviembre.

Las víctimas incluyen a más de cien trabajadores traídos desde México y Centroamérica hacia Estados Unidos, donde tuvieron que lidiar con condiciones de trabajo “brutales” e “inhumanas”. Algunos fueron amenazados con pistolas y obligados a cavar en busca de cebollas con sus propias manos, ganando solo 20 centavos por cada cubo cosechado. Al menos dos personas murieron en el trabajo. Otra persona habría sido violada en repetidas ocasiones.

Cuando no estaban trabajando, los migrantes eran detenidos en viviendas abarrotadas e insalubres. Había poco o ningún acceso a alimentos o agua potable.Veinticuatro miembros y asociados de la empresa criminal que perpetuó la explotación laboral ahora enfrentan una serie de cargos federales, según un comunicado de prensa de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Georgia. La cooperación de las múltiples agencias federales que llevaron a cabo la imputación, denominada “Operación Cebolla en Flor”, puede ser una de las investigaciones de tráfico de personas y fraude de visas más grandes de la historia del país, informó VICE News.

Solo dos de los acusados están identificados como propietarios de empresas o ranchos en Georgia; la mayoría trabajaban como contratistas o reclutadores de mano de obra. Muchos de estos son de origen hispana. Su presunto maltrato criminal de los trabajadores tomó muchas formas.Según la imputación, a los trabajadores se les cobraban tarifas ilegales por transporte, comida y alojamiento. Y aunque supuestamente fueron contratados para trabajos agrícolas, algunos migrantes fueron utilizados ilegalmente para tareas de construcción y reparación. Para evitar fugas, miembros de la banda delictiva confiscaron ilegalmente los pasaportes y documentos de identidad de los trabajadores. Los conspiradores también vendieron e intercambiaron trabajadores entre ellos, según la imputación.

“El sueño americano es una atracción poderosa para las personas indigentes y desesperadas de todo el mundo, y donde hay necesidad, hay codicia de parte de aquellos que intentarán explotar a estos trabajadores para su propio beneficio”, David Estes, fiscal federal interino del Distrito Sur de Georgia, dijo en un comunicado.

“Gracias al trabajo sobresaliente de nuestros asociados encargados de hacer cumplir la ley, la Operación Cebolla en Flor libera a más de 100 personas de los grilletes de la esclavitud moderna y responsabilizará a quienes los encadenaron”.

Si has sido víctima de maltrato en tu trabajo en Georgia, cuéntanos tu historia (puedes hacerlo de forma anónima si así lo prefieres) mandando un mensaje a Lautaro Grinspan, reportero de comunidades inmigrantes: lautaro.grinspan@ajc.com

Se alega que los crímenes descritos en la acusación ocurrieron en los condados de Atkinson, Bacon, Coffee, Tattnall, Toombs y Ware en el sur de Georgia, donde agricultores locales pagaron a los acusados para que les proporcionaran trabajadores.

La red criminal que orquestó la operación de tráfico humano ganó más de $200 millones de manera ilegal. Los conspiradores enfrentan cargos que incluyen fraude postal y conspiración de fraude postal, trabajo forzoso y conspiración de trabajo forzado, conspiración de lavado de dinero y manipulación de testigos.

‘Esto ha estado sucediendo por mucho tiempo’

Solimar Mercado-Spencer trabaja como abogada en la División de Derechos de los Trabajadores Agrícolas dentro del Programa de Servicios Legales de Georgia, un bufete de abogados sin fines de lucro que representa a los trabajadores agrícolas de bajos ingresos en el estado. Entre su grupo actual de clientes se encuentran víctimas de la empresa criminal descubierta por la Operación Cebolla en Flor.

Mercado-Spencer dijo que las revelaciones aportadas por la acusación federal no fueron una sorpresa.

“Esto ha estado sucediendo por mucho tiempo en Georgia ... Y estas personas que fueron arrestadas no son las únicas que hacen estas cosas”, dijo. “Espero que [las fuerzas del orden] sigan desenmascarando este tipo de operación ya que no es la única que ha tenido lugar en Georgia”.

Debido a que el maltrato está sucediendo en áreas rurales, nadie ve a las víctimas, dijo Mercado-Spencer.

“Todo lo que ves es, ya sabes, que tus cebollas están en los estantes de Kroger. Puedes ir a comprarlas. No sabes de dónde vienen. Pero esto está sucediendo y nadie se da cuenta. Y estos son trabajadores esenciales que nos han mantenido alimentados durante la pandemia”.

Según la acusación, los trabajadores extranjeros explotados fueron admitidos en los EEUU mediante el uso fraudulento del programa de visas H-2A para trabajadores agrícolas, que se ha expandido año tras año en Georgia dada la dificultad que los agricultores tienen para encontrar trabajadores americanos. Según la Oficina federal de Certificación de Trabajadores Extranjeros, Georgia tenía 27.614 puestos H-2A en el año fiscal 2020, comparado a aproximadamente 5.500 en el año fiscal 2010. Georgia ocupa el segundo lugar después de Florida en cuanto al número de trabajadores H-2A en su territorio.

Bajo el programa H-2A, el estatus legal del trabajador en EEUU depende de que permanezca bajo el empleo de la entidad que patrocinó su visa. Mercado-Spencer dijo que ese sistema puede poner a los trabajadores en desventaja.

“No es como si simplemente pudieran irse e ir a trabajar para otro empleador porque la visa está vinculada a ese empleador específico. Así que ese es el problema con el programa de visas H-2A, es que le da demasiado control al empleador sobre el trabajador. Y una vez que los trabajadores están aquí, están un poco estancados”.

A veces, agregó Mercado-Spencer, los empleadores “quieren tomar atajos y obtener la mayor ganancia posible ... y así es como lo hacen, explotando a estos trabajadores”.

Un cambio en la aplicación de las leyes de inmigración

Las agencias federales que participaron en la investigación incluyen al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). En un comunicado emitido la semana pasada, ICE dijo que la Operación Cebolla en Flor es la primera investigación llevada a cabo bajo el nuevo “modelo de explotación laboral” de la agencia.

En octubre, el secretario de Seguridad Nacional y jefe de ICE, Alejandro Mayorkas, anunció un cambio de prioridades. En lugar de perseguir a los trabajadores indocumentados que trabajan ilegalmente, como era la norma en las administraciones anteriores, las autoridades ahora se están concentrando en los “empleadores explotadores” y las empresas que violan las leyes laborales.

“No toleraremos empleadores inescrupulosos que explotan a trabajadores no autorizados, realizan actividades ilegales o impongan condiciones de trabajo inseguras”, dijo Mayorkas en un memorando.

Mercado-Spencer dijo que adhiere con reservas al cambio de política establecido por las directivas de Mayorkas.

“No es algo permanente. No es una ley establecida. Con otro presidente, las cosas podrían cambiar nuevamente en la dirección opuesta. Lo que los inmigrantes necesitan es una legislación que los proteja”.

Lautaro Grinspan is a Report for America corps member covering metro Atlanta’s immigrant communities.